El Apocalipsis cita o parafrasea frecuentemente al Antiguo Testamento (AT), por lo que muchos de los símbolos presentes en este libro son sacados de una lectura cristiana del AT (Vanni, 1982: 33).
La liturgia
Vanni (1982: 88) apunta que en el trasfondo del texto subyace el ritmo propio de la liturgia de los primeros siglos del cristianismo, liturgia que hoy sigue vigente aunque con numerosos cambios (Hahn, 2001).
En algunos puntos, pareciera como si la intención del autor fuera que se leyera el libro en comunidad, con un lector que haga las veces de Cristo, otros haciendo las veces de otros personajes, y el resto de la comunidad respondiendo en las partes que les correspondan (alabanzas, doxologías, oraciones, peticiones, etc.) Véase por ejemplo Ap 1:1-8; Ap 4-5; Ap 11:15-19; Ap 22:14-21, etc.
De hecho, tomando como contexto el "día del Señor", en que el autor dice haber recibido la visión (Ap 1:9-10), puede verse una imagen de una liturgia cristiana primitiva en todo el libro. La parte penitencial (la que pide y mueve a conversión) serían las cartas a las Iglesias (Ap 2-3), mientras que el resto del libro hablaría a la comunidad sobre la necesidad de hacerse actora en la historia, llena, sí, de malos momentos, pero siempre acompañada del Cordero (Vanni, 1982: 127). Para (Hahn, 2001) prácticamente todos los elementos de la celebración del sacramento de la Eucaristía en la Iglesia Católica son tomados de una u otra forma de figuras del Apocalipsis, convirtiendo así al libro en una especie de guía figurada de la liturgia cristiana primitiva.
Por último, la liturgia se ve reflejada en muchos símbolos a lo largo de los pasajes del libro. Por ejemplo, las oraciones. Al inicio éstas se presentan ante el trono de Dios en copas (Ap 5:7-8), tal vez inmerecidas, pero purificándolas un ángel con incienso, adquieren su valor y su fuerza verdaderos (Ap 8:3-5). Y precisamente estas mismas copas son las que posteriormente llevan ahora la furia de Dios (ver el septenario de las copas), una respuesta a las oraciones de los cristianos (los consagrados y los santos que elevaron en un principio sus oraciones). (Vanni, 1982: 143-148)
(Hahn, 2001) muestra la siguiente tabla, en la que el autor empareja varios pasajes del Apocalipsis con partes definidas de la Eucaristía:
Culto dominical
Ap 1:10
Sumo Sacerdote Ap 1:13
Altar
Ap 8:3-4,11:1,14:18
Sacerdotes (presbyteroi o ancianos)
Ap 4:4,11:16,14:3,19:4
Ornamentos Ap 1:13,4:4,6:11,7:9,15:6,19:13-14
Célibes consagrados Ap 14:4
Candeleros, o menoráh
Ap 1:12,2:5
Penitencia
Ap 2,3
Incienso
Ap 5:8,8:3-5
Libro o rollo
Ap 5:1
Hostia eucarística
Ap 2:17
Cálices
Ap 16,15:7,21:9
La señal de la cruz (la tau)
Ap 7:3,14:1,22:4
El Gloria
Ap 15:3-4
El Aleluya
Ap 19:1;3;4;6
Levantemos el corazón Ap 11:12
«Santo, santo, santo» Ap 4:8
El Amén
Ap 19:4,22:21
El «Cordero de Dios» Ap 5:6 y a lo largo de todo el libro
La Virgen María
Ap 12:1-6;13-17
Intercesión de ángeles y santos Ap 5:8,6:9-10,8:3-4
El arcángel Miguel
Ap 12:7
Canto de antífonas
Ap 4:8-11,5:9-14,7:10-12,18:1-8
Lecturas de la Sagrada Escritura
Ap 2,3,5,8:2-11
Sacerdocio de los fieles Ap 1:6,20:6
Catolicidad o universalidad Ap 7:9
Silencio meditativo Ap 8:1
La cena nupcial del Cordero Ap 19:9,17